MEDIO AMBIENTE
LA RELACION DE LA MUJER CON LA TIERRA
La relación de la mujer con la tierra parte de la naturaleza misma de ser mujer. La tierra es mujer, la tierra es madre, la tierra alimenta, protege, enseña e inspira.
La globalización y la sobre explotación de la tierra ha construído un medio ambiente cada vez más hostil y poco habitable y son las mujeres las que afrontan desde su cotidiano vivir, desde sus sueños y desde la forma de crianza de sus hijos, enseñándoles que no hay más opción que luchar conjuntamente a partir de la unión y el amor, para valorización y volver a nuestros orígenes.
LA TIERRA ES MUJER, LA TIERRA ES VIDA, LUCHEMOS POR QUE SIGA EXISTIENDO.
Cayara Aguilar
Ana Maria Buitron
Nathalie Sayago
Gabriela Olivera
Ariane Ovando
Karla Martinez
Sara Aliaga T
LA RELACION DE LA MUJER CON LA TIERRA
La relación de la mujer con la tierra parte de la naturaleza misma de ser mujer. La tierra es mujer, la tierra es madre, la tierra alimenta, protege, enseña e inspira.
La globalización y la sobre explotación de la tierra ha construído un medio ambiente cada vez más hostil y poco habitable y son las mujeres las que afrontan desde su cotidiano vivir, desde sus sueños y desde la forma de crianza de sus hijos, enseñándoles que no hay más opción que luchar conjuntamente a partir de la unión y el amor, para valorización y volver a nuestros orígenes.
LA TIERRA ES MUJER, LA TIERRA ES VIDA, LUCHEMOS POR QUE SIGA EXISTIENDO.
Cayara Aguilar
Ana Maria Buitron
Nathalie Sayago
Gabriela Olivera
Ariane Ovando
Karla Martinez
Sara Aliaga T
MUJU,semilla
Cayara Aguilar
Alto San Miguel es un barrio periurbano en Sucre. Ahí no llega el servicio de recojo de basura y hace las veces de basural para escombros que llegan desde otras partes de la ciudad. Entre la polvareda que levantan los caminos de tierra que atraviesan la vía principal, hay un pequeño verde que ilumina entre el ladrillo. Es un jardín afuera de una de las casas, rodeado por malla de gallinero. Tiene plantas medicinales, comestibles y flores. Es el jardín de la Cristina, que vive con sus dos hijos mejores, Lineth de 13 y Filemón de 9. Filemón es quien me mostró con una gran emoción su hogar, las plantas y cada uno de sus animales, con especial presentación para Catalina, la gallina que vive con ellos hace más de 8 años. Es como un pedacito del campo habitando la urbe chuquisaqueña.
La vida ahí para Filemón es participar en la comunidad familia, es cocinar, es cuidar el jardín y trabajar el huerto, es atender a los animales que son sus compañeros por los que siente un expreso afecto, es aprender el tejido ayudando a su mamá con el telar que va a llevar su nombre. Mi trabajo durante la residencia de fotografía estuvo enfocado en el retrato de la niñez amorosa y plena de Filemón y la reflexión sobre la relación de ésta con la construcción de su masculinidad.
La exigencia social hacia los hombres de demostrar continuamente su virilidad es lo que la antropóloga feminista Rita Segato nombra como el ‘mandato de masculinidad’, del que según la autora, las principales víctimas son los mismos hombres, “está comprometida la humanidad del sujeto masculino por su virilidad”.
El vínculo que Cristina construye con su hijo es una semilla de amor que le permitirá a él enfrentar el mandato de masculinidad con mejores posibilidades de desmontarlo. Filemón compartiendo con su madre las actividades que se le atribuyen a lo feminino (espacio de la condición humana negado para los hombres), es testimonio de la propención natural de cualquier niño por amar y cuidar la vida.
El cotidiano y los vínculos son el terreno para sembrar estas semillas de libertad ante un mandato que nos ha sometido como sociedad.
SOY LLAJUA
Oriana Ovando
LA INERCIA
Nathalie Sayago
La inercia, en física, es la propiedad que posee los cuerpos de oponerse a un cambio de su estado de reposo o movimiento en que se encuentran. Esa resistencia fue la misma que ejerció Clementina Yale hace 20 años atrás, cuando su esposo le dijo que tenían que salir del campo en la comunidad de Patatorcoco en la Provincia de Zudañez, Bolivia e irse a la ciudad.
“tuve morochas y por eso nos vinimos del campo”. Las condiciones de las familias rurales son precarias y la solución que prevén es salir del campo e irse a las principales ciudades por mejores condiciones de vida.
“cuando tenía a mis dos hijas de brazos, mi marido nos abandonó”. Las mujeres se enfrentan a la opresión de sus esposos lo que implica que ellas deben hacer lo que ellos dicen sin garantía de un futuro. Eso le sucedió a Clementina, al poco tiempo de haber llegado al Barrio Chayanta II en Sucre, Bolivia, su esposo la abandonó con nueve hijos.
“en el campo trabajábamos la tierra, teníamos maíz, papa, trigo aquí llegue a lavar ropa para mantener a mis hijos”
Hoy en día, tres de sus hijos viven con ella, una casa construida de adobe en el barrio de Chayanta II que poco a poco se va llenando de casas de bloque, donde la mayoría de sus habitantes son oriundos del campo.
La migración interna de la población rural a la ciudad implica no solo un cambió drástico para sus vidas, sino también para el medio ambiente. El abandono del campo y los nuevos asentamientos en las periferias de las ciudades contribuyen cada día a alterar el ecosistema, y olvidar sus raíces “ya no me visto de forma tradicional, porque en la cuidad ya no se visten así”
COCHINILLA
Catalina Ugalde
Descubrí un mundo interior, mágico, habitado por seres únicos. Técnicas milenarias de tejido y tinte.
El don de una mujer para crear una obra de arte, mística como una relación con la tierra y sus elementos. Un ser que muere para transformarse en color, fuente y poderoso como la mujer que dá vida.
CURANDERA
Gabriela Olivera
“Curandera” es aquella mujer que reconoce que el origen de los males radica en el desbalance que se produce cuando los seres se desvinculan de la naturaleza, ya que conoce las propiedades curativas de las plantas y los componentes que de éstas pueden devolvernos el equilibrio.
En mi búsqueda de aquella curandera, que para mí tenía los atributos de una bruja, me encontré hablando con mujeres del mercado acerca de plantas medicinales y me recomendaron recetas para el resfriado, las quemaduras, para el dolor de barriga, para cuando estás triste, y un largo etcetera. Noté, mientras me aconsejaban, que ellas son curanderas, ya que sin darse cuenta, preservan el conocimiento ancestral del poder curativo de las plantas.
Guerreras de la Pachamama
Ana María Buitrón
Son guerreras que luchan por adaptarse en territorios afectados por el cambio climático en el sur de Bolivia. Enfrentan las adversidades de la naturaleza; las sequías, las heladas, la escasez de semillas.
Habitan pequeñas extensiones de tierra y trabajan a partir de una estructura comunitaria, donde cultivan la tierra sin explotarla y respetando a todas las criaturas vivas.
Su conexión con el cosmos les conecta con la sabiduría ancestral.
Son guardianas de las semillas y protectoras de la vida.